Nuestra primera noche en Ao, la #Aotocaravana fuera de Zaragoza, fue en l’Albi, en un Área Viajadora que nos encantó y cuya reseña puedes ver aquí.

Era tarde, serían las 9 de la noche, pero era junio, así que aún había luz. Según bajamos de la auto, lo primero que nos llamó la atención fue el frescor que sentimos y lo bien que olía a pino. Respiramos y respiramos y no nos cansábamos de ese olor.

En ese momento, una mujer extremadamente delgada, rubia, de aproximadamente unos 45 años, se acercó y nos preguntó en inglés si necesitábamos enchufarnos a la electricidad, porque en ese caso, podía prestarnos su cable. La dijimos que no, pero se lo agradecimos igualmente.

Y comenzamos a hablar. Nos preguntó que de dónde veníamos y a dónde íbamos, y nosotros, igualmente la preguntamos a ella. Nos dimos cuenta de que nuestra respuesta fue muy básica comparada con la suya. Nostros teníamos respuesta para ambas preguntas, sabíamos de dónde veníamos y sabíamos nuestros próximos pasos. Su respuesta, sin embargo, fue mucho más reveladora: eran escoceses, pero no sabían a dónde iban, de momento estaban allí, nos dijeron. Primer choque mental. No saben a dónde van después.

Seguimos hablando y nos dijeron que tenían dos hijos adolescentes, con los que llevaban 3 años y medio viajando y haciendo homeschooling, viviendo en una autocaravana capuchina del año 92. Toma ya. Ahí es nada.

Durante los tres días que estuvimos en l’Albi, tuvimos oportunidad de conocer a sus hijos, no era raro encontrarte al mayor de ellos bebiendo una lata de cerveza con sus padres, o fumando un cigarro mientras su hermano le contaba cualquier cosa. Segundo choque mental. ¿Qué hacen bebiendo cerveza juntos?

A nuestra vuelta de Francia, exactamente un mes después de este momento, volvimos a hacer noche en l'Albi, en nuestra ruta hacia la primera dosis de nuestra vacuna, y ¡sorpresa! allí seguían nuestros amigos escoceses, con sus hijos, y su capuchina del 92.

¿Qué modelo de vida era aquel?

Gracias, amigos escoceses. Probablemente nunca leereis estas líneas, y probablemente nunca volvamos a vernos. Pero da igual. Nos inspirasteis. Nos enseñasteis mucho con solo algunas conversaciones y en unos pocos días. Nos ayudásteis. Nos hicisteis romper varias barreras antes de emprender nuestro viaje y esto nos ha ayudado mucho a enfrentarnos a situaciones de una manera distinta. Nos habéis hecho ver que cada uno lleva su vida por el camino que más cómodo le hace sentir, o por el que más aventuras le trae, o por el que mejor le trata, o por el que más le gusta, simplemente.

Nos enseñasteis a no juzgar. A no preconcebir ideas antes de conocer la situación y las circunstancias, e incluso entonces, da igual. 

¿Quién soy yo para determinar si quedarse tres meses en un áre en l'Albi está bien, está mal, está regular, es divertido o es aburrido?

Si están donde están el tiempo que estén es porque lo necesitan, porque lo quieren, porque lo buscaban y porque están bien donde están y eso es lo único que importa, que estés donde estés, estés bien y sea el lugar y el momento en el que quieras estar.

¿Qué más da qué modelo de vida siga el de al lado?

Si a tí no te hace daño, continúa tu vida, aprende de todo y de todos, coge lo que te beneficie y aplícalo donde lo creas conveniente. Lo que no te sirva, déjalo, deséchalo y continúa viviendo. 

Crece, experimenta, diseña y decide qué es lo que te hace sentir bien, a tí y a los que quieres, y sigue adelante por ese camino. Da igual si, como nuestros amigos escoceses, ese camino no es el más habitual, da igual si los demás puedan mirarte o cuestionarte, da igual. Porque no tienes nada que demostrar a nadie. Aquí no hay jueces, no tenemos nada por lo que examinarnos. 

Gracias, amigos escoceses, porque nos disteis en toda la cara con vuestra forma de ser, de relacionaros con vuestros hijos, con vuestras costumbres y con vuestra generosidad, sin tan siquiera conocernos.

Y gracias, porque nos habéis recordado lo que nos encanta de viajar. Conocer gente como vosotros, gente diferente a nosotros, gente con proyectos distintos y con puntos de vista y aspiraciones distintas. Gracias, amigos escoceses.